viernes, 15 de febrero de 2008

BUCAREST LA CIUDAD DEL PICARO


Amanezco en Bucarest (Rumania), con más frio que de costumbre el termometro fuera del Rin Grand hotel apenas supera los 5 grados bajo cero, frio mucho frio, anoche ya se presagiaba la fria temperatura de la mañana, lo que no podiamos imaginarnos seria la factura que nos tenia preparada el hotel por ocupar un espacio comun, junto a la recepción del hotel, sin más mesa y más silla que las que se le proporcionan a los sufridos huespes cuando esperan largos espacios de tiempo hasta que se les resuelven la infinidad de problemas de los que pueden ser objeto. !Alo! le habla El Director del Rin Grand hotel, el Sr. Chica, querer hablar con usted urgente. Esto ocurrio en el segundo sorbo del të sabor melocoton con el que intentaba disuadir el principio, mejor dicho, el avance que desde ayer ha experimentado mi proceso gripal. Personado de urgencia en la receptión soy recibido por el Sr. Director, sentí en ese momento una tranquilidad enorme al creer que mi esperada colaboración habia llegado de su mano, no transcurriria lo que canta un gallo para desenfundar su escaleta de peticiones. A todo esto las más de 125 personas que se arremolinaban frente al hotel clamaban con urgencia la estampación de su rubrica en el contrato que les permitiria trabajar en españa durante la próxima campaña de espárrago y reemprender su viaje de vuelta el cual en algunos casos concluiria bien entrada la noche, algunas de estas mujeres procedian de los confines mas lejanos de Rumanía y con suelte llegarian a casa bien entrada la noche, espero que con hora de tomar un plato de sopa caliente que les hiciera reactivar el flujo sanguineo en sus venas. Pues bien, nuestro querido Director me traslada la minuta de la ocupación de la via son 200 Euros, lo toma o lo deja, tomarlo sinigficaria la aparición de una sonrisa de lado a lado de la boca que trasladaría en el parte del día y que conllevaria la palmadita en la espalda que a modo de obediente sabueso le daria su superior además de confirmarle que así se hacen las cosas, no tomarlo conllevaria trasladar la carpeta de los contratos que a modo de mesa estaba utilizando al medio de la calle y la verdad sea dicha aunque el tono de la conversacion comenzaba a tomar temperatura el mercurio en la calle continuaba sin subir. Pero antes de abonar la cantidad reclamada estimé conveniente trasladarle mi pensar sobre su actitud y que no se podia ser mas ruin cuando se exige el pago de un servicio que no se ha prestado y cuando nuestra presencia debia ser considerada como muy positiva, al fin y a la postre más de 150 personas podrán viajar a España y obtener unos ingresos que al final repercutiran en su pais. Pero la cosa aún daba para más, Andra Boeriu, la Guest Relatión Manager acababa de sufrir en sus carnes la la moldedura de su superior por habernos proporcionado la noche anterior la primera planta del hotel para desarrollar nuestro trabajo burocrático. El proceder de estas dos personas fué tangencialmente distinto. El primero derribó la pared una vez levantada, en cambio la srt. Boeriu, entendió que al cliente se le deben de proporcionar los medios necesarios para realizar su trabajo y que la mejor imagen del hotel es prestar un servicio profesional y no aprovechar la primera de cambio para exprimir y estrujar el bolsillo del cliente. Sin duda, la conversación de las 17.30 ha sido lo mejor del día.

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