domingo, 23 de noviembre de 2008

La crónica de ayer

¿A dónde vas hoy con un euro?; ¿qué haces con eso? En algunos sitios no pagas ni un café", se lamenta la gente en las tertulias de bar de cualquier ciudad española. Son los mismos que añoran la maltrecha peseta y que recuerdan con melancolía el poder de los antiguos veinte duros en las tiendas de ultramarinos. Cada uno de los euros que se dieron ayer en la Feria de Muestras de Armilla con motivo de la fiesta de la solidaridad con Ica (Perú) darán para mucho. La cerveza de Reme o Ada, el vino de Francisco Cabezas, el refresco de Miguel o la ración de espárragos de Víctor pagarán el hilo y los guantes de la operación de Carlos, José o María, el material escolar de Estrella o las medicinas de Ángela. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), volcada con la causa humanitaria en la ciudad peruana devastada por el terremoto de agosto de 2007, promovió, una vez más, esta iniciativa de acción social, que supone el sexto plan de intervención en el lugar. Las campañas anteriores han aportado 600.000 euros de pura solidaridad granadina. Los miembros de UPA los llevaron en persona a sus destinatarios, los vecinos de Ica, que los han recibido en forma de comedores, sillas de ruedas, medicinas, dispensarios, guarderías o juguetes para los críos que perdieron a toda su familia en aquel infierno del 15 de agosto.
Lucia Rivera es una de las últimas voluntarias que se ha subido al tren de la cooperación. Trabaja en una sucursal bancaria y ha decidido dedicar el tiempo libre de su sábado a los que se han quedado con lo puesto: "Me he implicado en este proyecto porque necesitaba hacer algo que me llenara de verdad. Lo que se cuenta de allí es muy duro y si puedo aportar un granito, siempre es mejor que mirar pasivamente. Como ocurre con el agua, con la suma de muchas gotas se hace el río". La empleada de banca, a la que ayer le tocó arrimar el hombro en las labores de cocina -como también hicieron algunos alcaldes del área metropolitana que se remangaron, esta vez en serio, por un buen fin-, reflexionaba sobre la situación de pobreza extrema de los damnificados, "mientras aquí nos preocupa una crisis que nos lleva a reducir el consumo".
Francisco Javier Montiel, regidor de Láchar, fue uno de los que tiró del mandil para preparar revuelto de espárragos. Lo hizo en una paellera para dar de comer a un regimiento. Asegura que viajó a Ica con una delegación de UPA antes del terremoto y que la situación de desigualdad social era ya tremenda. "No quiero ni pensar cómo estarán ahora", lamentaba.
La ONG Armilla Solidaria, que se ha volcado desde el principio en esta empresa -había realizado importantes aportaciones en las campañas anteriores-, volvió a dejar muestras de su compromiso entregando un cheque de 4.000 euros que, junto a la recaudación de la jornada, cruzará el charco para paliar el caos,el hambre, la destrucción y la falta de servicios básicos que continúan maltratando a los vecinos de Ica 15 meses después de la catástrofe. "El esfuerzo, el tiempo y el sacrificio que supone este tipo de colaboración siempre merece la pena. Es tan importante hacerlo con el que tienes al lado, como con el que se encuentra a miles de kilómetros", destaca Ascensión Castillo, presente en este día de la solidaridad, junto a María Ángeles García, quien explicaba que el objetivo "no es sólo buscar los recursos para que la gente supere las enfermedades, si no también para procurar que sean felices".
Como en ocasiones anteriores, el encuentro consiguió movilizar el lado más humano de la sociedad granadina. Pese a todo, los organizaciones esperaban más participantes, "pues, en aquellas dantescas condiciones, no sobra nada, ni un sólo euro". Reme y Ada no lo han dudado ni un momento. Explican que son fieles seguidoras del proyecto de UPA, del que destacan que todos los recursos van directamente a la zona, sin intermediarios, "lo que permite ver los resultados de manera muy clara", precisa Ada, supervisora en el Materno-Infantil. La mujer destaca que también desde el centro colaboraron en la causa con la donación de material al hospital principal de la ciudad. "Iniciativas como ésta son fundamentales. Pienso que la grandeza reside en compartir lo que tenemos; no en dar de lo que nos sobra", puntualiza.
Esta es la crónica de Emilio de la Opinión. Mañana la mia, junto a unas cuantas fotos.

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