
Porqué no toman nota de los más sufridos, de los que nunca faltan, de los que siempre tienen la bandera desenpolvada, de los de no te preocupes cuenta conmigo y con mi mujer, de los que no se equivocan de día y hora, e incluso de sitio, de los luchadores, de los que saben que si algo quieren algo les cuesta, de los que llegan y de momento se colocan la pegatina en el pecho, de los que no se quedan a 20 metros por aquello de que vaya que me vean, de los que no buscan justificaciones: tengo médico, me viene el veterinario, tengo que ir a la análitica, de los que tienen claro que guerras más dificiles se han ganado, de los que cuando se despiden te estrechan la mano y te dicen hasta la próxima, de los de siempre, para ellos son los frutos de la victoria, los que ganan las batallas, los que ganan los partidos, los que ganan la gloria.
Porqué al partido de futbol nunca se llega tarde, siempre estan todos, justificamos los 60 euros de la camiseta "la roja", mueve masas, no se ponen excusas, no sentimos verguenza de que nos identifiquen, no nos preocupa que un jugador tenga una ficha de 10 millones de euros al año, es decir que gane 140 millones de pesetas al mes. Mi amigo Ramón de Tramulas, que no veas como se lo curró llenando bolsas de cebollas, junto a Eduardo y el personal de Horticolas Zafarraya, para satisfación de los miles de viandantes que tuvieron la suerte de pasarse en ese momento por Gran Vía 48, siempre lo dice: Tenemos lo que nos merecemos. Mención especial para Miguel el afiliado incondicional que ayer se presentó con una cabra al acto y por supuesto, a mi sobrino Nicolás y a su amigo Ignacio Pablo que disfrazados de zanahoria y tomate pusierón una nota de color.



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