miércoles, 4 de febrero de 2009

PSICOSIS COLECTIVA


Esto de la crisis ya está preocupando seriamente a un alto porcentaje de nuestra sociedad, incluso a todos aquellos que engrosan el colectivo de espaldas cubiertas, no confundir con espaldas mojadas, es decir individuos entegrados en las distintas escalas de las administraciones públicas (funcionarios), autónomos solventes que desconocen lo que es el RAI, (Registro de Morosos), trabajadores de grandes empresas cuya antigüedad se cuenta en lustros, profesionales liberales de renombre familiar en definitiva ciudadanos que hace unos meses podían creer que esto nunca iba a ir con ellos. Ayer se conocieron los datos de paro en la provincia de granada en el mes de enero, ya son más de 72.000 personas las que se encuentran en situación de desempleo, mañana muchas de ellas se conocerán en la cola del SAE, a buen seguro se miraran de reojo y pensaran sobre los efectos debastadores de la pandemia llamada "crisis" y de nuevo cuando volverán hacer cola en este caso para comunicar el inicio de una nueva relación laboral, los habrá que pensaran que ya la vida no les ofrecerá más oportunidades, otros en cambio, dirán que tienen toda la vida por delante y algunos otros, los menos, los más optimistas, aprovecharan y pedirán número para dentro de unos días en esta ocasión para la cola de los afortunados, de los que han sido agraciados con un trabajo aunque no se sepa por cuanto tiempo.

La situación, desde mi punto de vista es más que preocupante, la percepción de que esto se va a peor cuanto menos es generalizada, la destrucción de empleo galopa por sectores y provincias y no deja indiferente a nadie, las llamadas de teléfono se repiten lanzado un SOS de ayuda "Que te acuerdes de mi" "Si te enteras de algo" "Estoy dispuesto a hacer lo que sea" el sonsonete costaste me hiere el tímpano y el alma y aunque lo intento solo puedo ponerme en su pellejo y compartir el insomnio y el peregrinar de empresa en empresa o de periódico en periódico buscando la oportunidad que termine con la asfixia y que me ayude a recobrar la dignidad. Nunca antes he estado tan cerca de tocar el drama que supone el desempleo, incluso cuando a los 20 años me quedé en paro y con las 68 letras por delante del seat ibiza stret, sin embargo y de forma permanente recibía palmadas anunciándome que pronto encontraría otro trabajo y con ello la ilusión y el dispendio económico para cumplir mis compromisos financieros.

Hoy el momento no se presta al calor de la palmadilla que aventure el oasis laboral en cambio si al consuelo de aquella otra persona que compartió cola en el SAE, de una forma o de otra confiemos en los hombres de la economía cuando afirman que estamos pasando el peor momento de la crisis que las turbulencias económicos pronto darán paso a la reactivación de la economía. Ojala no se equivoquen.

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